Con marcada emoción la señora Altagracia Acevedo
agradeció con profunda satisfacción que la bendición de recibir una casa nueva
haya llegado a través de la congresista que no para de trabajar y hacer el
bien.
Durante muchos años, según expresó la humilde
dama, había vivido en condiciones difíciles en una casita humilde hasta que
llego a los oídos de HILLARY su necesidad.
La mujer de escasos recursos económicos deseó que la bendición de
Dios siempre acompañe a los que hicieron posible su felicidad, encabezados por
la Ing. Peguero.
En tanto que al hacer uso de la palabra y con
evidente satisfacción HILLARY se declaró como una cierva inútil a la que Dios
en su misericordia a utilizado para bendecir a otros.
Dijo que nadie tiene tan poco como para que no pueda ayudar a aquel que necesita una mano extendida de su prójimo.
Una casucha,en muy malas condiciones,sirvió de techo a la humilde señora que vió materializado su sueño de vivir en un techo más digno.
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